Un mapa conceptual nos permitirá resumir un texto en conceptos de una forma muy especial: después, cuando queremos repasar, nos permite formar frases completas.
Como este de mapaconceptual.net:
Como puedes observar, puedes iniciar el recorrido en la parte de arriba e ir leyendo: "Las plantas tienen flores, las flores tienen néctar, néctar recogido por abejas"
Cómo los construimos
- Leemos el texto.
- Buscamos una pregunta o tema a la que el texto responde (en el caso anterior, ese tema es "las flores").
- Dentro del texto señalamos una serie de conceptos importantes (plantas, flores, raíces, tallos, pétalos, etc.)
- en una hoja de papel ordenamos los conceptos, asegurándonos de que ponemos los conceptos más generales arriba y continuamos colocando los conceptos cuanto más concretos más abajo. En el caso anterior, como flor, raíz y tallo son partes de la planta, están al mismo nivel. Lo mismo ocurre con hoja (forma parte del tallo) y pétalo (es una parte de la flor).
- Por último, dibujamos flechas entre los conceptos y sobre cada flecha o a su lado escribimos una palabra o frase corta que llamaremos enlace.
Veamos un ejemplo más complejo del blog de Óscar Profebío:
En este mapa conceptual, el tema o concepto principal está situado en el centro y hay flechas, o sea, relaciones, entre conceptos que están al mismo nivel, como en el caso de anticiclones y borrascas porque ambos se producen por la presión atmosférica y, a su vez, ambos producen vientos.
Es muy habitual confundir los mapas mentales, de los que ya hemos hablado, con los mapas conceptuales.
Cuál es la diferencia principal entre ambos estilos
Los mapas mentales, como ya vimos, parten de un concepto o tema en el centro y, desde ahí, nacen las ramas para que vayamos añadiendo ideas principales y después, en cada rama, las secundarias.
Un mapa conceptual es igual salvo por estas diferencias:
- No hace falta que la idea principal salga del centro. Es muy habitual que parta de la zona superior.
- Entre concepto y concepto hay una palabra enlace, que suele ser un verbo o una preposición (y también, produce, depende de, incluye, etc.).
O sea, que las diferencias que se dan, principalmente, son que el mapa mental es más flexible, no tenemos que pensar tanto sobre dónde poner cada concepto y es muy visual, puesto que podemos decorarlo tanto como queramos. Por otro lado, el mapa conceptual está muy bien ordenado y tenemos que planificar muy bien para que cada concepto esté en su lugar exacto, pero cuando queremos repasar, se lee igual que leeríamos un resumen: con frases completas aunque sencillas.
¿Cuál te dará mejor resultado? Eso sólo lo puedes contestar tú después de haberlos puesto a prueba.