Este método es muy curioso y puede resultar muy divertido.
La técnica loci (que se pronuncia "loqui") la inventó un poeta griego que recordó todo lo que aconteció durante un banquete basándose en quién dijo e hizo cada cosa y el lugar en el que estaban sentados a la mesa.
Además, seguro que te has finado que cuando alguien va a hablar durante bastante tiempo usa expresiones como "en primer lugar", "en segundo lugar", "por último", etc. Esto es porque para recordar todo lo que tenemos que decir o escribir, a nuestra memoria le va muy bien un poco de orden.
El método funciona así: imaginemos que queremos recordar una serie puntos importantes, o partes de algo, o los acontecimientos de un período de la historia o, varios personajes importantes; sea lo que sea, lo que tenemos que hacer es organizar estos nombres o eventos en un espacio físico, igual que cuando visitamos un museo seguimos un recorrido y en cada sala hay una exposición distinta.
Por ejemplo, en mi casa está todo el Fanerozoico, con sus eras y sus períodos. Comencemos el recorrido:
Según entramos en casa, a mano derecha, está el Palezoico en la cocina, con el Cámbrico, el Ordovícico, el Silúrico (especialmente rico en con tomates), el Devónico, el Carbonífero (en el que calentamos los platos), y el Pérmico para la pasta.
El Mesozoico lo guardamos en los dormitorios: el Triásico en el más pequeño y el Jurásico y el Cretácico en el más grande, para que nos quepan todos los dinosaurios.
El Cenozoico está más repartido: el Paleógeno en el salón, que está adaptado a los mamíferos, el Neógeno en el baño y en el estudio, que es donde tenemos los aparatos más modernos, está el Cuaternario.
Como ves, si te acostumbras a poner el conocimiento en lugares conocidos, es bastante fácil recordar después dónde lo has puesto.